La Fascinante Relación de la Cultura Maya con los Eclipses

Hoy, 8 de abril de 2024, el cielo nos ha regalado un espectáculo astronómico impresionante: un eclipse solar total. Este fenómeno ha sido visible en algunos países México, Estados Unidos y Canadá, siendo México el lugar con las mejores condiciones para su observación. Sin embargo, más allá de la belleza de este evento, este acontecimiento nos remonta a las antiguas civilizaciones que veían en los eclipses algo más que un simple fenómeno astronómico. En particular, hablemos de los Mayas, quienes tenían una relación muy especial con los eclipses.
Los antiguos mayas son conocidos por su avanzado conocimiento astronómico y su capacidad para predecir fenómenos celestiales como los eclipses. Estos eventos astronómicos jugaron un papel crucial en su cultura y religión, influenciando sus calendarios, rituales y mitos. La relación de los mayas con los eclipses revela una comprensión profunda del cosmos y su impacto en la vida terrenal.
Los mayas desarrollaron varios calendarios precisos que les permitían seguir con exactitud los ciclos lunares y solares. El calendario sagrado Tzolk’in constaba de 260 días y estaba vinculado a rituales religiosos y ceremonias. El Haab, por otro lado, era un calendario solar de 365 días dividido en 18 meses de 20 días cada uno, más un mes adicional de 5 días. Estos calendarios se combinaban en un ciclo de 52 años llamado «Cuenta Larga», que marcaba eventos importantes como el retorno de Venus o los eclipses.
Fueron capaces de predecir con precisión los eclipses solares y lunares utilizando sus conocimientos astronómicos y sus calendarios. La observación de los movimientos de la Luna y el Sol les permitió anticipar cuándo ocurrirían estos eventos, lo que era fundamental para su vida diaria y sus creencias religiosas. Los eclipses eran vistos como momentos de gran significado espiritual y podían influir en las decisiones de los líderes mayas y en la planificación de actividades ceremoniales.
Sin embargo, los eclipses solares eran vistos como una señal de peligro enviada por los dioses. Según la investigadora Martha Ilia Nájera Coronado, los Mayas pensaban que los eclipses eran ocasionados por seres míticos y de oscuridad llamados Xulab, que deseaban comerse el Sol.
Los eclipses también representaban la muerte de algún dios y en ocasiones se realizaban sacrificios rituales con animales o humanos, para aminorar las pérdidas y hacer que el Sol recuperara su esplendor original. La nobleza, especialmente el rey, realizaba sacrificios de sangre, perforando sus cuerpos y recolectando las gotas de sangre para quemarlas como ofrendas al dios del sol. Esta «sangre de reyes» era la forma más alta de sacrificio, destinada a fortalecer a Kinich Ahau, el dios del Sol.
Los eclipses, como el que hemos presenciado hoy, eran eventos de gran importancia para los Mayas, no solo desde un punto de vista astronómico, sino también religioso y cultural. Representa una conexión entre el mundo terrenal y el celestial, marcando momentos de importancia espiritual y científica en la historia de esta fascinante civilización.