Dan prisión preventiva a Antonio “N”, sacerdote de los Legionarios de Cristo acusado de abuso sexual a una menor en Naucalpan

Un juez estatal del Estado de México dictó este viernes 13 de junio prisión preventiva oficiosa contra Antonio “N”, sacerdote de la congregación Legionarios de Cristo, quien fue detenido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) por su presunta responsabilidad en el abuso sexual reiterado de un menor de edad desde el año 2004.
Durante la audiencia celebrada este mismo viernes, el juez concedió a la defensa un plazo de dos días para la formulación de imputación, tras lo cual se definirá la situación jurídica del religioso. La detención se realizó en cumplimiento de una orden judicial emitida por un tribunal mexiquense, a raíz de una investigación por el delito de violación.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México detalló que el acusado habría agredido sexualmente a la víctima en varias ocasiones dentro de un inmueble ubicado en el municipio de Naucalpan. Según el expediente, uno de los ataques ocurrió el 16 de mayo de 2004; además, existen registros de una amenaza de violación en abril de 2007 y una nueva agresión sexual denunciada el 23 de diciembre de 2011.
El presunto agresor fue arrestado el pasado miércoles tras arribar al país en un vuelo procedente de Madrid. Luego de su detención, fue trasladado al Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Tlalnepantla, donde permanecerá bajo custodia.
Durante su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum fue cuestionada sobre el caso, y expresó: “Cuando hay, sobre todo, este tipo de delitos, que son muy dolorosos, pues que se actúe con la ley”.
En un comunicado, los Legionarios de Cristo manifestaron su disposición para colaborar con las autoridades, y señalaron que, de confirmarse la culpabilidad del sacerdote, apoyarán el cumplimiento de la sentencia. En caso contrario, respaldarán la restitución de su buen nombre y reputación.
La congregación ha enfrentado diversos escándalos en los últimos años, particularmente desde 2009, cuando se confirmó que su fundador, Marcial Maciel, había abusado sexualmente de seminaristas, tenido hijos en secreto y construido una red de encubrimiento al interior de la organización religiosa. En 2006, el Vaticano lo sancionó con retiro obligatorio a una vida de oración y penitencia, y tras su muerte en 2008, se ordenó una profunda reforma al interior de la orden.