¡Fumata blanca, habemus Papam! Cónclave eligió al nuevo líder de la iglesia católica

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¡Fumata blanca, habemus Papam! Cónclave eligió al nuevo líder de la iglesia católica
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La esperada fumata blanca surgió hoy desde la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo que los 133 cardenales electores han elegido al sucesor del Papa Francisco. El nuevo Sumo Pontífice logró el consenso necesario durante la cuarta votación, celebrada en el segundo día del cónclave.

La elección se concretó tras superar el umbral requerido de dos tercios de los votos, lo que significa que el candidato elegido recibió al menos 89 papeletas a favor, según establece la tradición vaticana para la designación del líder de los más de 1.300 millones de católicos en el mundo.

El proceso electoral comenzó con una solemne misa en la Capilla Paolina, donde los purpurados entonaron el «Veni Creator» para invocar al Espíritu Santo antes de iniciar las deliberaciones. Posteriormente, los cardenales se trasladaron a la Capilla Sixtina, donde permanecieron en estricto aislamiento durante más de un día.

El sistema de votación siguió el ritual establecido: dos votaciones por la mañana y dos por la tarde. Tras cada escrutinio, las papeletas fueron quemadas en una estufa especial, utilizando una mezcla química específica para producir humo negro (fumata negra) cuando no se alcanzaba el consenso necesario.

Finalmente, en la cuarta votación, al conseguir el candidato ganador al menos dos tercios de los votos, se generó el característico humo blanco mediante la combustión de una mezcla de clorato de potasio, lactosa y colofonia, señalando al mundo que la Iglesia Católica tiene un nuevo líder.

Es destacable que aproximadamente el 80% de los cardenales que participaron en esta elección fueron nombrados directamente por el Papa Francisco durante su pontificado, todos ellos menores de 80 años, como establece la normativa vaticana.

La identidad del nuevo Pontífice será revelada desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, con la tradicional fórmula «Habemus Papam» (Tenemos Papa), pronunciada por el cardenal protodiácono.

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